Las fresas de metal duro son ideales para aplicaciones que requieren una gran dureza y resistencia al desgaste, como el mecanizado de aceros endurecidos, titanio y aleaciones de níquel. Pueden utilizarse a altas velocidades de corte y ofrecen un excelente acabado superficial. Sin embargo, debido a su elevado coste, puede que no sean la mejor opción para todas las aplicaciones, especialmente cuando se mecanizan materiales más blandos en los que bastaría con otros materiales de fresa.